El gofio lo trajeron a Canarias sus antiguos pobladores y de eso hace ya siglos. Desde entonces ha formado parte de su alimentación más básica y llegó a América Latina de la mano de los emigrantes canarios. Gracias a ello, hoy forma parte de la gastronomía venezolana, uruguaya y brasileña.
Comenzó siendo harina de cebada tostada, pero actualmente lo encontramos de diversos tipos; de trigo, de millo o maíz, de cosco, de habas y centeno. Existen también los combinados de varios cereales y hay a quienes les gusta incluir legumbres como garbanzos.
Proviene de un proceso de tueste y molido. Antiguamente se elaboraban manualmente, con la ayuda de unas piedras destinadas a esta labor; la piedra molinera. Hoy, son molinos eléctricos los que se encargan de su producción; aunque, en algunas zonas, aún se conservan molinos de agua antiguos.
Algunas recetas con gofio:
Berrendo: gofio amasado con agua y trocitos de queso.
Cabrillas: cucharadas de gofio en polvo que se toman acompañadas de vino.
Rala: gofio diluido en caldo, leche e incluso vino.
Escaldón: gofio revuelto con caldo hirviendo.
Revuelto: gofio amasado con agua o caldo hirviendo.
Pan de gofio: pelota hecha de gofio con agua y sal.
Cabrillas: cucharadas de gofio en polvo que se toman acompañadas de vino.
Rala: gofio diluido en caldo, leche e incluso vino.
Escaldón: gofio revuelto con caldo hirviendo.
Revuelto: gofio amasado con agua o caldo hirviendo.
Pan de gofio: pelota hecha de gofio con agua y sal.
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